sábado, 4 de diciembre de 2010

Examen de fe (José Luis Serrano)

Examen de fe
José Luis Serrano

HUMANO, DEMASIADO HUMANO

No es un argumento contra la madurez de un
espíritu, encontrar en él algunos gusanos.

Nietzsche

El necio cruza sus manos
y come su misma carne.

Eclesiastés: 4.5


1

¿Contra qué demonios lidio?
¿Contra qué dios? ¿Cuánta furia
alzar contra la lujuria
de los infieles? Envidio
su temeridad. Ofidio
que desciendes del manzano,
¿por qué pones en la mano
impertérrita de Eva
la desconcertante prueba?
Hay en el fruto un gusano.

2

Invadieron mis jardines.
¿De qué sirvieron las cercas
que les opuse? Mis tercas
palabras en los confines
del Edén. Los querubines
omniscientes, pero mudos.
¿De qué sirvieron mis rudos
pensamientos clandestinos?
Dividieron los caminos.
Multiplicaron los nudos.

3

Existir es repugnante.
Es preferible estar muerto.
Sin quererlo me convierto
en aplicado estudiante
del horror. Un diletante
minucioso que disfruta
mientras sordamente amputa
las vísceras de sí mismo.
Náuseas me da el optimismo
de los que cambian de ruta.

4

Escapar, en el argot
de los muertos, significa
permanecer. Petrifica
tus piernas. No escapes, Lot.
Escapar es un complot
entre los vivos. Arredra
saberse vivo. Dios medra
en el alma del profano.
Ah, que tú escapes, hermano.
Prefiero ser una piedra.

5

Es cierto que no he sufrido
lo suficiente. Que nunca
podré mostrarles mi trunca
psicatriz. Que yo no he sido
el burlado, el escogido
para la broma macabra.
Que finjo ser el que labra
su propio destino. Esmegmas
del espíritu. Apotegmas
que permite la palabra.

6

El hombre disfruta el acto
de acariciar la textura
de su dolor, tesitura
del sufrimiento. Lo abstracto
es tangible para el tacto
hipertrofiado de los
torturadores. Hay dos
opciones: La hiperestesia
(bastante usual) o la amnesia
(que es atributo de Dios).

7

Soy el cadáver de un niño
dentro del útero. Arriba
está el Diluvio. La altiva
Resolución. El cariño
de Dios. Las aguas. Me ciño
al implacable mandato
del Altísimo y acato
su furor. Dios nos abarca.
Dios nos expulsa del Arca.
Adiós, cadáver innato.

8

Cierra los ojos. Despierta.
Lo abyecto sea contigo.
El diablo no es tu enemigo.
Ábrele al diablo tu puerta.
La eternidad es incierta.
Sufrir es abstracción pura,
un concepto que no dura
lo que un rostro en el espejo.
Muéstrate menos perplejo.
Cierra los ojos. Abjura.

9

Estás muerto. No me engañas
con la florida opulencia
de tu verbo, en apariencia
docto en verdades extrañas.
¿Con quién demonios te ensañas?
Tu porvenir es incierto.
Naufragarás en un puerto
de aguas pútridas. Tus brujas
no encontrarán las agujas
que te he clavado. Estás muerto.

10

Peldaños. Puertas. El muerto
cruza la implacable línea.
La certidumbre apolínea.
El fáustico desconcierto.
¿Dónde está Dios? ¿En lo abierto?
¿En lo cerrado? ¿En la amada
Crucifixión? ¿En la espada
del vencedor o el vencido?
¿Dónde está Dios? ¿Dios ha sido
la concreción de la Nada?



Pedro Péglez González. (In)vocación por el paria

(In)vocación por el paria
Pedro Péglez González


PAFLAGONIA DE NOCHE SEGÚN EL CONDENADO

La luna llena está aullando a los lobos
Gira un perro muerde su índice
El cencerro desobedece soñando
la tiranía del cuándo matinal
La amada hormiga se deslíe
ante su miga de luz
Quizá redibuja
las pieles en la cartuja de esta ciudad
Otra irriga de pasos vueltos
la hiedra gastada
Breve tatuaje
(¿Y las náyades?
¿Y el traje de los guerreros?)
La piedra de Padre Zeus
ya no medra mi clámide
Soy el rey que atestiguaba
a esta grey con el címbalo
(Ah el clangor de mi androceo
en la flor de Paflagonia)
Yo el rey lapidado en una fragua líquida
¿Por qué el castigo
si sólo probar un higo me fue dado?
Viene el agua para la sed
Viene el agua
se baña con el linaje de las náyades
(¿Y el traje de guerrero?)
En la ventana
yo Tántalo
en la persiana del lago purgo mi viaje